No hay más alianzas que las que trazan los intereses
Antonio Cánovas del Castillo
La anunciada intención entre el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) de coaligarse para las elecciones del 2018, más que tintes triunfalistas, tiene la apariencia de estar pensada para lograr triunfos sólo a nivel de las diputaciones, senadurías y sobre todo en las ocho gubernaturas que estarán en juego, intentando repetir el exitoso experimento de 2016; aunque esta vez tendrán que luchar contra el efecto de Morena y su candidato, Andrés Manuel López Obrador.
El PRD se desgaja y el PAN no termina por definir candidato al interior y como hasta ahora no se observa alguna figura que aglutine los intereses de los grupos en ambos partidos, tal vez por eso se pusieron como condición inicial no aspirar a dicha candidatura. Recordemos sin embargo, que en 2016 estuvieron en juego 12 gubernaturas, y la coalición PAN-PRD logró hacerse de nueve de ellas, con la particularidad de que 6 de los ganadores son o fueron militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Quintana Roo entre ellos, con Carlos Joaquín González ¿será entonces que ese espacio lo están guardando a algún militante tricolor? ¿Manlio Fabio Beltrones, José Antonio Meade? lo permitirán Margarita Zavala o Rafael Moreno Valle?
Ahora bien, no debe perderse perspectiva con respecto al tamaño del “botín” electoral; pues aunque a nivel federal se renovarán la presidencia de la República, 500 diputaciones federales y 128, a nivel de las entidades federativas es mucho más grande; pues se renovarán 8 gubernaturas (Guanajuato, Jalisco, Ciudad de México, Morelos, Puebla, Chiapas, Yucatán, Tabasco y Veracruz), 486 diputaciones de mayoría, 336 de representación proporcional y mil 548 alcaldes, regidores y síndicos municipales de 23 entidades federativas ¿Se da ahora cuenta de que la Presidencia no es todo?
Por lo pronto, Andrés Manuel López Obrador ha acusado a los aliancistas de hacerle el trabajo sucio al PRI –veremos si no tiene razón cuando designen candidato-, pero también es cierto que, aunque en todas las encuestas aparece como favorito a la Presidencia de la República, en el trabajo a nivel de gubernaturas y presidencias municipales PAN y PRD ya demostraron su efectividad; faltará ver si el éxito anterior permite frenar el efecto de “arrastre” de popularidad del tabasqueño.
“Paleros y lambiscones” les dijo “el peje” a los aliancistas –ya sabe que cuando comienza a perder la cabeza, pierde-, y es el primer signo de preocupación del tabasqueño y no es para menos, pues los ayuntamientos a renovarse son poco más de la mitad de la totalidad del país, pues elecciones habrá en 23 –de un total de 32- entidades federativas; así que, si a la coalición anunciada no le alcanza para derrotar a Andrés Manuel López Obrador en su camino a la presidencia, sí puede erigirse como el principal contrapeso de su futura administración, ante un PRI desdibujado, pero ahí agazapado; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.